Tarde en la oficina 1º parte

Ya no recordaba lo duras, nunca mejor dicho, que podían llegar a ser.

Empieza el buen tiempo y con él, mis odiadas y largas tardes en estas cuatro paredes se hacen aún más insoportables si cabe.

Un gráfico, una web, un cartel, voy dando tumbo de un proyecto a otro, pero aún así, los minutos se hacen eternos. Así que, como no, acabo bicheando por nuestro querido internete que tantas alegrias y disgustos nos ha dado a más de uno.

Hoy me he encontrado con el corto Eveready harton in Buried Treasure, del que me habían hablado hace tiempo, pero nunca llegué a ver. Por supuesto, me he hecho fans al instante, y me he puesto a cotillear, algo que a aquí a mi chico le encanta hacer. He averiguado cosas muy interesantes como que es el cortometraje erótico de dibujos animados más antiguo de cuantos se conservan, que fue realizado entre 1925 y 1930 y que es anónimo.

Buried treasure es, como su propio nombre indica, un tesoro escondido en la clandestinidad protagonizado por un curioso hombrecillo de nombre Eveready Harton (algo así como “Siempre dispuesto” Harton) cuya única afición en la vida es intentar follar. Su vocación es la de meter su miembro viril, que por momentos parece tener vida propia, en cualquier agujero animal que encuentra por el campo. Seducido por el clima lascivo que le transmiten los animales que ve a su alrededor, Eveready lo intenta con una mujer solitaria, una chica que toma el sol cubierta de arena y una mula, para acabar siendo homenajeado por la lengua de una vaca.

Ahí es ná. Ahora sí, a gosar...